martes, 31 de agosto de 2010

En Hogares violentos, niños más agresivos

Aunque no sean víctimas, el hecho de ser testigos de agresiones impacta en la conducta Estudio psiquiátrico comprueba que los efectos empiezan en la etapa intrauterina
MARÍA EUGENIA LIMA
Ante actos de violencia doméstica hay padres que dicen: "A los niños nunca les pegué". Pero psicológicamente es tan nocivo ser testigo como víctima. La frecuencia de la agresividad infantil se duplica o triplica si hay violencia en el hogar. Entre el 40% y el 78% de los episodios violentos en hogares son presenciados por niños. Los efectos en su desarrollo es lo que comprobó Laura Viola, profesora de psiquiatría pediátrica de la Clínica de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, con un estudio efectuado en un medio socioeconómico crítico. Los análisis y conclusiones de esa investigación fueron publicados este mes en la Revista de Psiquiatría del Uruguay bajo el título "Repercusión de la violencia doméstica en la salud mental infantil. Valoración del daño psíquico". Cuando el niño presencia actos de violencia doméstica "hay una alteración en el desarrollo y por lo tanto los médicos debemos estar alertas y todos aquellos que trabajan con violencia doméstica también tienen que estar alertas, aun cuando el niño no sea el maltratado. Y no es una excusa para decir no pasa nada", asegura Viola. La psiquiatra infantil cree que "hoy no se considera a los niños testigos de violencia doméstica de la misma forma que se considera al niño maltratado. Incluso desde el punto de vista de las disposiciones judiciales no necesariamente se toma en cuenta como dato". En 2007 la Clínica de Psiquiatría Pediátrica hizo un estudio epidemiológico de la salud mental de los niños uruguayos. "Ese estudio lo que dice es que hay un 22% de los niños de todo el Uruguay escolarizados entre los 6 y los 11 años que tienen problemas emocionales y conductuales. Es el primer estudio que se hizo con una muestra nacional representativa de 1.400 niños. Éste es el estudio madre, a raíz de él notamos que en los niños que provenían del contexto socioeconómico crítico el índice de patología era mucho mayor, entonces se hace un segundo estudio buscando qué otros factores podían estar influyendo en esta situación. Entre los muchos factores, el ser testigo de violencia parece tener un fuerte impacto en el desarrollo emocional del niño", explica Viola. La investigación "Evaluación de las características emocionales y conductuales de niños provenientes de un contexto socioeconómico crítico. Diseño de estrategias educativas y sanitarias" de 2008-2009 tuvo como muestra a 326 niños de un medio socioeconómico crítico. La clínica piensa hacer esa investigación a nivel nacional el año que viene (ver nota aparte). En ese estudio se les preguntó a los padres ¿Hay discusiones de tono muy fuerte entre los adultos? ¿Han llegado a agresiones físicas o con objetos delante de los niños? Estas preguntas fueron respondidas por 320 padres. El resultado dice que "34% de sus hijos ha presenciado situaciones de agresividad verbal o física de entidad entre los adultos que viven en su hogar".
AGRESIVIDAD. Según ese estudio hecho por la Clínica de Psiquiatría Pediátrica, el trastorno de conducta cuyo síntoma principal es la agresividad está presente en un 14,4% de los 326 niños. "Esta cifra, ya de por sí alarmante, se duplica cuando el niño es testigo de violencia física o verbal en el hogar y prácticamente se triplica cuando la violencia en el núcleo familiar ha empezado durante el embarazo del niño, alcanzando una prevalencia del 38,9%". Esto quiere decir, que los niños que viven en un hogar con violencia verbal o física crónica entre los adultos "presentan en el 39% de los casos un trastorno de conducta caracterizado por la agresividad y crueldad y elementos disociales de mentiras, robos, pandillas". Un 15,9% de las madres de esos 326 niños dijo haber sufrido violencia emocional o física durante el embarazo. Y un 33% de los niños testigos de violencia doméstica "tiene como antecedente que sus madres sufren de violencia durante el embarazo", indica la investigación. Los niños que sufren "`violencia intrauterina` tienen una altísima incidencia de trastornos emocionales y de conducta", establece el estudio. Viola explicó que el tratamiento de un niño que es testigo de violencia familiar es "multimodal". La psiquiatra infantil indicó que "primero hay que identificar qué le está pasando, después, en lo posible, modificar las situaciones que generan esta perturbación. El trabajo con los niños nunca es un trabajo independiente de la familia". La directora de la Clínica de Psiquiatría Pediátrica aseguró que a veces los padres no son conscientes de lo que significa para el niño ver o escuchar violencia; entonces considera que es importante brindarles información sobre los trastornos emocionales, conductuales y cognitivos que la agresividad que presencian sus hijos en su casa les provoca. Agregó "que todas esas discusiones, que todos esos portazos, que todos esos platos tirados, esos golpes generan repercusiones. Muchos papás modifican esas conductas, otros no pueden solos, entonces se los ayuda". Las cifras 38,9% de los niños que presentan problemas de agresividad han vivido violencia doméstica desde antes de nacer (en el vientre materno). 15,9% de las madres de 326 niños estudiados indicó haber sufrido violencia emocional o física durante el embarazo. Harán un estudio nacional sobre el tema El año que viene la Clínica de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina pretende efectuar un estudio a nivel nacional sobre las repercusiones emocionales, conductuales y congnitivas que el ser testigo de violencia doméstica genera sobre los niños. En 2008-2009 esa clínica efectuó una investigación, pero sólo en una muestra de 326 niños pertenecientes a un medio socioeconómico crítico. Laura Viola, directora de la Clínica de Psiquiatría, sostuvo que "el estudio sobre las repercusiones de ser testigo de violencia doméstica lo hicimos en un contexto crítico y lo vamos a reproducir ahora para una muestra nacional". La idea es que la investigación sea igual a la primera. El estudio "Evaluación de las características emocionales y conductuales en niños provenientes de un medio socioeconómico crítico" fue hecho por la clínica durante 2008-2009, según el artículo "Repercusión de la violencia doméstica en la salud mental infantil. Valoración del daño psíquico", publicado este mes en la Revista de Psiquiatría del Uruguay. Viola indicó que "en el estudio el medio socioeconómico de los niños es el mismo, son todos niños que provienen de un contexto crítico, hay un equilibrio entre hombres y mujeres en la muestra, todos tienen la misma edad y lo que evaluás es cuando la variable ser testigo de violencia familiar está presente, los niños tienen una mayor patología". La psiquiatra infantil informó que la Clínica está en negociaciones con el INE (Instituto Nacional de Estadística) para ver si hacen el estudio nacional en conjunto. Secuelas en salud de niños El ser testigo de violencia doméstica tiene tres grandes consecuencias sobre el niño: "las internalizadas, las externalizadas y la repercusión cognitiva", establece el artículo "Repercusión de la violencia doméstica en la salud mental infantil. Valoración del daño psíquico" de la profesora titular de Psiquiatría Pediátrica de la Clínica de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina. "Los trastornos internalizados es todo lo que vos no ves y el individuo sufre igual, el externalizado es lo que más llama la atención: la agresividad, la violencia. Y después lo cognitivo, la repercusión a nivel de lo académico. Imaginate, si vivís una situación de guerra no tenés cabeza para trabajar. Si a uno le pasa como adulto por qué suponer que a un niño no le va a pasa", aseguró Viola.
TRASTORNOS EN LA CONDUCTA DEL NIÑO: "Los niños que han presenciado violencia Familiar exhiben conductas agresivas y antisociales. Diversas hipótesis intentan explicar por qué la situación de abuso genera violencia. La conducta violenta de los padres se transforma en un modelo de comportamiento", indica el artículo.
TRASTORNOS INTERNOS: Algunas de estas consecuencias generadas en los niños por ser testigos de violencia en su hogar son: ansiedad, depresión, disminución de la autoestima y angustia.
TRASTORNOS COGNITIVOS: En el artículo publicado en la Revista de Psiquiatría del Uruguay, Viola explica que "la asociación entre la exposición a violencia familiar y los trastornos cognitivos ha sido largamente fundamentada, en las actitudes concernientes al manejo de la agresividad, la resolución de conflictos, las actitudes que justifican el uso de su propia violencia y el concepto de que el uso de la violencia aumenta la reputación y su imagen". El País Digital

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